Cuando leí esta noticia: “El Ayuntamiento [de Santander] impartirá talleres infantiles sobre trato adecuado a las personas con discapacidad” tuve dos sensaciones, las dos muy positivas, evidentemente. Por un lado, la felicidad de que desde los consistorios se lleven a cabo iniciativas como la mencionada y, por otro, la inquietud por poder estar en esa zona, junto a la playa, que en esta época apetece más que nunca. Precisamente las personas con discapacidad padecen no solo el calor sino también la falta de elementos que permitan la accesibilidad en las playas. Según Aenor, tan solo cuatro playas cuentan con el certificado de accesibilidad universal UNE170001: la playa de Santa Marina en Asturias y las de Racó de Mar, Puerto de Sagunto, l’Armada y Corinto, en Valencia. ¿Estás en alguna de ellas? ¿Las has visitado alguna vez?
En línea con el fomento de la accesibilidad de las personas con discapacidad en los distintos espacios, el pasado 27 de julio, el Ministerio de Cultura y de Sanidad, Política Social e Igualdad presentaban la estrategia ‘Cultura para todos’ que supone la puesta en marcha de una serie de acciones para que las personas con discapacidad puedan disfrutar de la cultura en condiciones plenas de accesibilidad.
Y hablando de discapacidad en el ámbito europeo, hace algunas semanas se lanzaba la Red Europea de Responsabilidad Social Empresarial y Discapacidad, fruto del trabajo de un grupo multisectorial liderado por la Fundación ONCE. L’Oréal, Telefónica y el Ministerio de Trabajo de Política Social de Italia, socios de esta iniciativa, impulsarán cada uno de los tres grupos de trabajo creados, dando lugar a una ‘red de redes’ a través de la que se pretende impulsar la incorporación de la discapacidad a las agendas de RSC, tanto empresariales como de las administraciones públicas. ¡Buena iniciativa!
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