Sin quererlo, esta coincidencia parece que acerca más la iniciativa del presidente de ARHOE, Ignacio Buqueras, de que el 2014 sea por fin, el año de los horarios. La salud física y psíquica de los ciudadanos, muchos de ellos, profesionales, dentro de estos, los sanitarios, está en juego, como recordaba a la apertura de dicho pleno el Secretario de Estado de la Seguridad Social.
En Europa, hace tiempo que el tiempo (valga la redundancia) no es una cuestión baladí. Se controla, se requiere, se recomienda e incluso su incumplimiento, como en este caso que nos ocupa, se recrimina. Y así, la CE insta a España a respetar los derechos de los médicos forenses en lo que concierne al horario de trabajo máximo y los períodos mínimos de descanso y le da un plazo de dos meses para informar a la Comisión de las medidas adoptadas para adaptar la legislación nacional a la europea en estos aspectos.
El órdago está lanzado y España no tiene otra opción que aceptarlo. Por el bien de sus profesionales, de sus médicos y sobre todo, por el de sus pacientes y en definitiva, de sus ciudadanos.
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