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Desgranando esta reflexión, una de las muchas que hace Marina, en el artículo Corruptores y colaboracionistas, vemos la primacía que concede a la cooperación en una vida social sana. Para su consecución es imprescindible: el altruismo y la pertenencia a un grupo. Y con su logro llegarán beneficios pero, también, el cumplimiento de ciertos deberes.
De todo ello, son ejemplo las asociaciones, las instituciones, las ongs, las coopertivas, los colegios profesionales y por supuesto, la sociedad civil en general, cuyo deber principal podría ser la empatía. Otros deberes, los que vuelve a señalar, esta vez como antídoto de la más que probable intoxicación social, José Antonio Marina, en el artículo mencionado: «reconocer lo que nos pasa, fortalecer nuestro sentido crítico, librarnos de una confusa tolerancia, premiar al que obra bien y castigar al que obra mal». ¿Practicar la deontología?
1 comentario:
Muy interesante!
Éxitos con el blog!
Saludos!
Fernando.
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