Al margen de sus conclusiones, no demasiado halagüeñas por otra parte, debido a la todavía importante cifra de parados, a la precariedad de las condiciones laborales con las que muchos de estos profesionales deben conformarse y a la falta de independencia, también en muchos casos, ante el ‘poder del que manda’, en ocasiones, más empresario que periodista.
#InformeAPM 2014: se detiene la destrucción de empleo, pero aumenta la precariedad laboral y profesional http://t.co/XhHBUyBVis #periodismo
— APM (@aprensamadrid) diciembre 16, 2014
Decía…al margen de estas conclusiones, convocar a los ‘tuyos’ para hablar sobre el ‘estado’ de la profesión que ejerces, no parece ser mala idea. Sobre todo porque das pero también recibes y esto siempre enriquece. Recibes quejas, pero también propuestas, sugerencias y lo más importante: recibes realidad.
Porque no hay que olvidar que detrás de las cifras, siempre hay personas, con sus situaciones profesionales propias, sus historias por contar, e incluso, con cierto interés por (re)escribirlas. El intercambio generacional, juega entonces, un papel fundamental. El papel del feedback de la esta vez, maldita realidad.
Esto fue lo que se vivió desde las filas de los que cubrimos el acto de la presentación de este informe del 2014 de la APM, mezclados entre periodistas consagrados, jubilados, recién licenciados y estudiantes de periodismo. Perfectamente extrapolable a otras profesiones. Ahora sí, bendita realidad.
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