"No consentiremos que, bajo el paraguas del proceso de transposición de la Directiva, y la apertura de mercados para toda Europa y fortalecimiento de la unidad de mercado en España, se aproveche para aumentar la presión y el control del Ejecutivo sobre los colectivos profesionales". Estas declaraciones las hacía el portavoz adjunto del Partido Popular, Álvaro Nadal, a comienzos de semana. De esta forma, nuestros diputados, recién llegados de vacaciones, retoman los asuntos pendientes. Son muchos, sí, pero entre ellos hay uno que destaca por lo complejo y ambicioso, la transposición de la Directiva de Servicios, especialmente en el ámbito de los colegios profesionales.
El diario Abc publicaba ayer, al respecto, una información y dedicaba su Editorial a este asunto. El diario valoraba la reforma y advertía que "el riesgo que se corre con estas reformas, si se llevan a los extremos que pretende la Comisión Nacional de la Competencia, es desnaturalizar la actividad de los profesionales y equipararla a una actividad meramente empresarial, obviando sus características propias. El mercado de servicios no será más eficaz ni transparente por el hecho de desprofesionalizarlo". Este debate inacabado y muy sujeto a prejuicios tendrá su prueba de fuego este otoño. De todos depende que de la reforma se refuercen las profesiones. Si ganan las profesiones, gana el ciudadano y el profesional ejerciente. Con este prisma seguirán trabajando las organizaciones colegiales y la propia Unión Profesional en los meses que vienen.