Aunque pareciera que la crisis nos hubiera arrancado incluso parte de la memoria, cuando nos esforzamos podemos recordar la época de la que venimos: la del éxito rápido, la de venderse por y para todo, la del porque yo lo valgo.
Ayer, Andrés Pérez Ortega, en el Programa Inicio Profesional de la Escuela de Verano de Unión Profesional, nos devolvió no una sino muchas veces a la cruda pero también moldeable realidad: «No se puede NO tener una marca personal», pero no ya por uno mismo, sino por aquellos a los que en definitiva debemos beneficiar, a los demás. De eso se trata, de «conseguir que la gente se beneficie de lo que tu haces». Por eso ya no merece la pena venderse, sino vender lo que haces.
Para ello, como para todo lo que supone evolucionar, hay que romper esquemas, «planteándose de una nueva manera la relación entre la empresa/organización y el profesional». Y de ahí al neoprofesional, solo hay un paso, pero claro, hay que darlo.
A esto ayuda descubrir la marca personal que todos llevamos dentro, aquella que es «útil, fiable y visible». Estamos a tiempo de cambiar las cosas. De moldear la realidad que nos ha tocado en suerte. Esta es la sensación que los alumnos de esta primera edición del Programa Inicio Profesional se llevaron a sus casas, tras la sesión impartida por quien introdujo el concepto de marca personal en nuestro país.
Después de centrifugar, la lavadora avisa: es el momento de extraer el contenido... No dejemos que se tueste bajo este sol abrasante y recojámoslo antes de que se quede rígido.
Ayer, Andrés Pérez Ortega, en el Programa Inicio Profesional de la Escuela de Verano de Unión Profesional, nos devolvió no una sino muchas veces a la cruda pero también moldeable realidad: «No se puede NO tener una marca personal», pero no ya por uno mismo, sino por aquellos a los que en definitiva debemos beneficiar, a los demás. De eso se trata, de «conseguir que la gente se beneficie de lo que tu haces». Por eso ya no merece la pena venderse, sino vender lo que haces.
Para ello, como para todo lo que supone evolucionar, hay que romper esquemas, «planteándose de una nueva manera la relación entre la empresa/organización y el profesional». Y de ahí al neoprofesional, solo hay un paso, pero claro, hay que darlo.
A esto ayuda descubrir la marca personal que todos llevamos dentro, aquella que es «útil, fiable y visible». Estamos a tiempo de cambiar las cosas. De moldear la realidad que nos ha tocado en suerte. Esta es la sensación que los alumnos de esta primera edición del Programa Inicio Profesional se llevaron a sus casas, tras la sesión impartida por quien introdujo el concepto de marca personal en nuestro país.
Después de centrifugar, la lavadora avisa: es el momento de extraer el contenido... No dejemos que se tueste bajo este sol abrasante y recojámoslo antes de que se quede rígido.
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