Ayer despertábamos con la noticia de un nuevo terremoto en Chile. Más cerca, en Madrid, y sin terremotos, este verano varios edificios se caían sin motivo aparente. No se nos olvida tampoco la epidemia de pánico que se vivió en nuestro país por los casos de ébola. ¿Qué tienen que ver estas tres noticias entre sí? La seguridad.
En muchos aspectos de la vida, incluidos aquellos que tienen que ver con las profesiones; siguiendo los ejemplos anteriores: geólogos, arquitectos, arquitectos técnicos, administradores de fincas, enfermeros y médicos, aparece la vinculación a la necesidad de seguridad.
Para los profesionales es el traje diario sin el que poder salir de casa. Este componente, vinculado a las profesiones colegiadas, está siendo examinado en la revista Profesiones, en una serie que inició el presidente de Unión Profesional, Carlos Carnicer: «En el campo del ejercicio de las profesiones tituladas y colegiadas, -colegiación que es garantía de la buena práctica-, y su control, nos encontramos con que la gran mayoría de los elementos de la seguridad que nuestras sociedades demandan residen en estas profesiones cualificadas, cuya actuación es determinante para alcanzar esas cotas de seguridad deseables y a las que la ciudadanía tiene derecho y exige».
En la serie Profesiones y Seguridad toman la palabra los presidentes. La de Carnicer fue seguida por el presidente del Consejo General de Farmacéuticos, Jesús Aguilar. Próximamente nos espera una nueva entrega; les dejo hasta entonces con la intriga sobre quién será y en qué lo centrará. Solo hasta dentro de un mes.
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