miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una red repleta de grandes historias

Sabes que has estado en un acto "majo" cuando, pasadas unas cuantas horas, sigues teniendo esa emoción en la boca del estómago, esa especie de vacío que sube hasta el pecho y se alía con el recuerdo para, después, dejarte una mueca blanda, como de nostalgia por algo no vivido -o todavía por vivir-. Es entonces cuando tienes la certeza de que la red de profesionales "excelentes" que han tejido desde el Colegio de Físicos va a envolver y a inspirar con su buen hacer a jóvenes, y no tan jóvenes, con su experiencia profesional pero, sobre todo, con su historia vital. Y es que hacía tiempo que no me emocionaba tanto con un relato de vida como el de María Lourdes Vega -que citó a Rosalind Franklin para aunar ciencia y vida-. También me conmovió la pasión con la que Miguel Ángel Sabadell y Jorge Mira hablaron de la divulgación científica y de la capacidad de ésta para acercar las ciencias físicas a la ciudadanía a través de la prensa y la televisión. Relatos vitales donde la familia y la vocación se dan la mano y la aprietan fuerte, para no soltarse; donde el valor de ser físico lo encontramos en la esencia misma y no en la superficie; y, en contra de lo que pudiera parecer viendo este evento, un reto enorme, tal y como apuntó Lourdes Arana -directora general del FECYT- el de la percepción. Lo recordaron los divulgadores y lo sentenció el físico J. Ignacio Álvarez, "tenemos que aprender a mostrar lo que hacemos". Esta red es un buen comienzo.

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