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Aunque debemos reconocer que tiene su punto lo de ser percibidos como un país de ocio y cultura, creo que ya va siendo hora de ponernos serios y prestar atención a nuestros puntos débiles (léase, tecnología, calidad de productos y servicios, entorno político y económico...). Habría que trabajar más a fondo en ellos desde todos los sectores, no solo por tema de imagen exterior, sino porque de ellos dependen, en gran medida, factores como la competitividad y la productividad que, en el caso español, también andan bastante flojillos.
Por supuesto que existen compañías, organizaciones y profesionales españoles de primer nivel en el ámbito internacional (y nacional) pero, a ojos del mundo, nuestro país sigue rezagado en lo que eficiencia e innovación se refiere y eso, a día de hoy, creo que es contraproducente. Regino Moranchel, consejero delegado de Indra, daba el jueves en el diario Negocio algunas claves para reforzar la ‘marca España’: fomentar el espíritu emprendedor, invertir en capital tecnológico y reducir el déficit de inversión en capital humano. Vamos... ¡innovación y talento al poder!
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