Las tecnologías dejan de ser "nuevas" cuando se adaptan a nuestra rutina como un guante. Es por esto que Internet ha pasado de ser "ese gran desconocido" al compañero casi invisible, pero indispensable, en torno al cual articulamos muchas de las tareas -administrativas, comunicativas- de nuestro día a día. La principal mutación de este entorno se la debemos a las herramientas 2.0, aquellas que, desde hace casi un lustro, nos permiten interactuar de un modo más estrecho y líquido; son los denominados social media, a los cuales les hemos dedicado algunos artículos en nuestra revista -Twitter, más que una moda pasajera y Una breve introducción al social media-.
No deja de ser curioso que tanto los blogs corporativos como las redes sociales, tipo Facebook o Linkedin, o las redes de microbloggin, tipo Twitter, sean percibidas por las corporaciones más pequeñas como una pérdida de tiempo en vez de como una inversión. Una inversión para el presente. De ahí que no dejemos de recomendar publicaciones como Mundo Groundswell, por ejemplo, una guía de viaje repleta de buenas prácticas; o nos hagamos eco de iniciativas como la de Wellcommunity y su Perspectivas de la Comunicación; o difundamos ideas que especulan con el futuro inmediato, como las contenidas en Visión 20/20 -firmadas por Javier Celaya-.
Sin ir más lejos, el reciente Informe ePyme 2010 nos deja datos sobre el grado de implicación de la pequeña y mediana empresa y enfatiza en la necesidad de una formación para concienciar del potencial de la interactuación a través de Internet -vía redes sociales-. ¿Se está llegando tarde? Proyectos como Estarter -puesto en marcha por el Gobierno de Castilla-La Mancha para formar a empresarios, autónomos, profesionales y universitarios en el uso de las herramientas 2.0-, nos dicen que no, animando a los emprendedores a construir desde este nuevo escenario. Igualmente ocurre entre los Consejos y Colegios Profesionales. De forma algo tímida se van haciendo con estas herramientas 2.0 para multiplicar su potencial comunicativo e interactuar de otras maneras. De un tiempo a esta parte, se han ido acumulando algunos ejemplos, pero eso ya es carne de otro post.
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