miércoles, 13 de julio de 2011

De celebración prevacacional

Ayer, 12 de julio, los Colegios de Abogados de toda nuestra geografía se volcaron en la celebración del Día de la Justicia Gratuita y del Turno de Oficio. Jornadas de Puertas Abiertas, Atención a los ciudadanos en Puntos Informativos, distinciones a la labor de abogados y abogadas del Turno de Oficio, lectura de un manifiesto en defensa de la Justicia Gratuita, marchas en bicicleta para reivindicar la importancia de este servicio, nuevas ediciones de la Guía Práctica de Asistencia Jurídica, mesas redondas con personalidades destacadas de la Justicia y la Abogacía... Más de un centenar de actividades organizadas por los casi 60 colegios que se unían de esta manera a la iniciativa promovida por el Consejo General de la Abogacía para dar a conocer la labor que desempeñan más de 36.000 abogados.

Una de las acciones más significativas del Consejo General ha sido la elaboración de la Carta de Derechos y Deberes del ciudadano ante la Justicia Gratuita, donde se recogen los requisitos para acceder a este servicio y los derechos que tienen los ciudadanos respecto a la asistencia letrada pero también los deberes que se poseen a este respecto.

Precisamente, hace una semana la Abogacía presentaba el V Informe del Observatorio de Justicia Gratuita en Madrid, un informe donde la Abogacía se somete cada año a la valoración de un grupo de trabajo, donde la mayoría de los miembros no son abogados sino notarios, jueces, procuradores, catedráticos.

Y si se trata de celebrar (y no precisamente la llegada de las vacaciones, por el momento...) los médicos también tuvieron ayer su día con la presentación del primer Código de Deontología Médica del siglo XXI, elaborado por la Comisión de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC) y que se ha logrado con la máxima participación y consenso, lo que demuestra la unión existente en el seno de dicha organización, sobre todo, en lo relativo a aquellos aspectos que pudieran resultar más conflictivos. Este Código, que sustituye al vigente de 1999, pretende ser un instrumento para la capacitación de los médicos y para que la ciudadanía, a partir de su lectura, pueda saber qué puede esperar y pedir a la profesión médica.

A través de este Código, la OMC y sus colegios profesionales se adecúan a la realidad cambiante y, además, cumplen con las exigencias de la Directiva Europea de Servicios (y su transposición a través de la Ley Ómnibus) relativas al establecimiento de un código de conducta para la profesión médica que venga a garantizar los comportamientos éticos y responsables de los profesionales de la Medicina. Y si puede ser actualizado, mejor que mejor.

Porque todos, ciudadanos y profesionales, tenemos derechos pero también deberes que deben ser respetados; y en el caso de la justicia y la medicina, más aún.

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