Con la Ley de Transparencia en la mesa del Consejo de Estado, desde los distintos estamentos y sectores parece que se toma conciencia de la importancia de incorporar precisamente esta materia —la transparencia—, y todo lo que ello conlleva, a la forma en que se gestionan las Administraciones Públicas, las empresas, las organizaciones del Tercer sector y asociaciones de todo tipo. Porque este concepto, y el de Buen Gobierno que le acompaña, no excluye a nadie; ni a grandes, ni a pequeños, ni al sector público, ni al privado. Todos debemos SER responsables y transparentes si queremos recuperar la confianza perdida.
Precisamente sobre ello versó la conferencia organizada por Unidad Editorial Conferencias y Formación el lunes pasado bajo el título 'Buen Gobierno y Transparencia' que reunió a representantes del Gobierno, de ayuntamientos, de grandes y medianas empresas y de entidades sin ánimo de lucro y colegios profesionales, en torno a unas materias que, por fin, han pasado a ocupar la agenda política. A través de experiencias reales y de reflexiones diversas, el auditorio pudo conocer de cerca los beneficios que la implementación de prácticas de buen gobierno y de medidas que fomenten la transparencia posee para todo tipo de entidades. La eficiencia en la gestión, la profesionalización, la generación de valor y el incremento de la confianza de los grupos de interés se posicionan como algunas de las ventajas fundamentales, sin dejar de lado aspectos como la competitividad o la credibilidad también esenciales para la supervivencia de cualquier organización en la actualidad.
Para aquellos convencidos que quieran ponerse manos a la obra, la Red Española del Pacto Mundial acaba de presentar la versión online de su publicación dedicada a la gestión de riesgos y a la implantación de medidas que permitan a las entidades luchar contra la corrupción. Se trata de una herramienta que combina tanto información teórica como una guía práctica que incluye una rueda de diagnóstico de riesgos (según países en los que se tiene actividad, sector y tipo de cliente) y modelos de implantación posibles que van acompañados de ejemplos prácticos. Una herramienta especialmente orientada a las pymes pero que es perfectamente aplicable a cualquier organización que quiera prevenir manifestación alguna relacionada con la corrupción y, para ello, las medidas de buen gobierno y de transparencia resultan muy buenos antídotos.
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