Dicen los expertos que la Responsabilidad Social (RS) debe calar en las organizaciones como lluvia fina. Pues con la lluvia y la RS estuve precisamente antes de ayer liada toda la mañana, empapándome de ambas. Como lo de la lluvia no genera demasiada polémica (más allá de lo que nos pueda parecer, a más de uno, un tiempo de locos), me gustaría hablaros de la iniciativa que acaba de lanzar la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom) que se une a las múltiples acciones puestas en marcha, sobre todo en los últimos tiempos, para el fomento de la Responsabilidad Social. Es el Manifiesto por una Sociedad Responsable, un documento donde se hace alusión a la necesidad de que TODOS admitamos nuestra responsabilidad.
Se ha considerado durante mucho tiempo que la Responsabilidad Social es algo propio de las empresas pero no es así (al menos, no del todo). Por supuesto que ellas deben asumirla (en mucho casos, si no quieren perder su licencia para operar) pero el resto de organizaciones y la Administración Pública también. Seguro que Gürtel, Ballena Blanca y demás casos de corrupción que han saltado a la palestra no hubieran ocupado nuestros juzgados si esa idea de responsabilidad hubiera empapado en todas y cada una de las instituciones y, por qué no, en todos y cada uno de los individuos. Como lluvia fina.
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