Quizá parte de la solución sea, tal y como apoyaba la Secretaria de Estado, trasladar el lenguaje y la terminología utilizada por los responsables de las políticas de cooperación a los ciudadanos. Hablar en términos claros e inequívocos, “adecuar nuestro lenguaje a un nivel más comprensivo para la sociedad, para que sepa y comprenda lo que hacemos”, decía Soraya Rodríguez. En mi opinión ese es tan solo un primer paso. Es necesario concienciar a la población de la urgencia de poner en práctica medidas concretas. Trasladar la necesidad de que la sociedad civil se involucre de forma activa en materia de solidaridad, colabore y realice todos los esfuerzos que sean precisos a fin de ayudar a quienes más lo necesitan.
Un buen ejemplo del imprescindible papel que los profesionales, como sector esencial de la sociedad civil organizada, pueden jugar en esta materia nos lo trae hoy Esther con la segunda entrega del programa Profesiones sin Fronteras, en esta ocasión de la mano de la ONG Ingenieros sin Fronteras:
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