lunes, 3 de noviembre de 2014

Pobreza, más allá de la palabra

Tal y como está la situación, una semana es demasiado poco para dedicar a la pobreza. Tal y como está la situación, un mes es demasiado poco para dedicar a la pobreza. Y un año también. Quizá la cuestión no esté tanto en hablar como en hacer. Aunque quizá haya que hablar entre todos para de una vez por todas, hacer para todos.

«El Gobierno está trabajando sin descanso para paliar la pobreza infantil», decía Susana Camarero, secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, el mismo día en el que Cáritas advertía que «sólo un 34,3 % de los españoles vive sin carestías esenciales».

Previamente, la Agencia Española de Cooperación convocaba en una sesión abierta a todo aquel que estuviera interesado en escuchar argumentos sobre la necesidad de incluir/incidir en la agenda de desarrollo post-2015 los derechos humanos y la inclusión social. Inaugurada por Gonzalo Robles, secretario General de Cooperación Internacional para el Desarrollo y con la participación de la vicepresidenta de Costa Rica, Ana Helena Chacón, tenía lugar un encuentro donde se habló sobre lo poco que habían avanzado los países desarrollados en comparación con los en vías de desarrollo, precisamente en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. De ahí la conveniencia de «confirmar la Declaración del Milenio y situarla en el contexto presente, más heterogéneo, multipolar e inestable», como señalaba José Antonio Alonso, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid. Todo ello, en una sesión donde ‘desigualdad’ y ‘exclusión’ fueron los ‘conceptos topic’ de la tarde.


En el ámbito europeo, la CE organizaba a principios del mes de octubre una conferencia de alto nivel bajo el título El Objetivo Europeo 2020 sobre Pobreza, en la que participó la presidenta del Consejo General de Trabajadores Sociales, Ana I. Lima: «es necesario un desarrollo humano y un desarrollo económico conjunto que permitan establecer estrategias de coordinación entre la participación ciudadana, servicios y redes, y gobernanza y derechos sociales».


Todavía no ha llegado el día en que al cerrar un periódico no se lea algo sobre pobreza. Quizá sea porque hace mucho que dejó de ser un síntoma para convertirse en un complicado diagnóstico. Siendo así, pongámonos de acuerdo en encontrarle el antídoto adecuado lo antes posible. Hablemos sí, pero sobre todo, hagamos.

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