martes, 3 de mayo de 2016

En el Día por la Libertad de Prensa, garantía de seguridad para sus profesionales



El mapa lo ha interpretado un medio de comunicación, eldiario.es. El estudio se lo debemos a Freedom House, que cada año, por estas fechas, lo hace público. Lo enmarcan en la tendencia al monopolio del mensaje por parte del poder. Los resultados de este informe hablan de países sin libertad de expresión; de normas en las que, con la excusa de la seguridad, la privacidad de los periodistas es violada; y de "lealtades" de la prensa que chocan de frente con la independencia del profesional del periodismo y la garantía del derecho a la información veraz del ciudadano. 

Asimismo, debemos preguntarnos por las condiciones de muchos de estos profesionales, a los que no solo no se les permite ejercer su profesión, sino que son castigados por ello. Es por esto que demandas legítimas y necesarias, como exigir un Representante Especial ante la ONU para que garantice la seguridad de los periodistas en conflictos armados, han de reforzarse y apoyarse; una demanda, por cierto, con mucho recorrido realizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF), organización que, a principios de año, también publicó su Informe Anual 2015 sobre la libertad de información en el mundo

La principal tarea de este Representante Especial consistiría en supervisar que los Estados miembros de la ONU respeten todas sus obligaciones respecto a la legislación internacional en materia de protección de los periodistas, con especial énfasis en la lucha contra la impunidad en la que suelen quedar los crímenes contra los profesionales de los medios.


Fue precisamente la ONU quien estableció el 3 de mayo como Día Internacional de la Libertad de Prensa con el propósito de concienciar a la sociedad de la necesidad de una prensa libre, pues, como reza el lema de la Federación de Asociaciones de Periodistas (FAPE), "Sin periodismo, no hay democracia".  Un periodismo responsable y ético que ha de luchar contra un elevadísimo nivel de precarización que, entre otras cuestiones, compromete la independencia de sus profesionales.

A su vez, en el marco de esta efeméride, Reporteros Sin Fronteras y Amnistía Internacional han expresado su preocupación por todos los casos en los que se vulnera el derecho a la libertad de prensa en el mundo, exigiendo el fin del acoso y el hostigamiento hacia periodistas, estudiantes, escritores, artistas, manifestantes o cualquier persona que busque expresar públicamente sus ideas. Han sumado a estas preocupaciones la autocensura; menos obvia, menos visible, pero increíblemente perjudicial para la democracia, la justicia y la igualdad. A lo que también cabría añadir el afán por controlar las redes sociales y otros espacios del entorno digital.

Como recuerda Juan Luis Manfredi en su columna titulada Regular Twitter y otras formas de censura: Las redes sociales son parte de nuestra vida imperfecta. No requieren especial tutela ni nada parecido. Pero la censura sobrevuela este entorno emergente y cuando una modificación en el ecosistema de libertades disminuye la acción de la libertad de prensa, el primer perjudicado es el periodismo y, tras él, todas las libertades individuales. No dejemos que bajo el manto de la urbanidad y las buenas maneras se regule específicamente Twitter. Hagamos caso a las palabras de Saramago en La Balsa de Piedra: «Siempre es buena la libertad, hasta cuando vamos hacia lo desconocido».

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