El tiempo es oro. Se decía incluso en televisión. La verdad es que no se especificaba qué tipo de tiempo es el que poseía ese preciado metal: si el laboral, el libre, el que pasamos con los nuestros, el que dedicamos a la soledad… nada, simplemente el tiempo (en general) es oro.Precisamente en este momento de crisis internacional, nacional, local, familiar e individual, necesitaríamos que literalmente el tiempo (también en general) fuera oro, único activo que a estas alturas continúa cotizando en bolsa al alza. De este modo, cualquiera se convertiría en hombre-anuncio en el que pudiera advertir “cambio tiempo por oro”. Por suerte todavía no hemos llegado a este punto, por suerte seguimos siendo dueños, aunque solo sea en teoría, de nuestro tiempo. Parte de este, el laboral, ha sido, es y seguirá siendo estudiado por Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios, quien apuesta por una mejora en la gestión de esta variable tan importante para el ser humano, pues ya lo dice Alex Rovira: el tiempo es vida.
Lo defendido por Buqueras vuelve a ser noticia en estos días gracias a la encuesta realizada por Psicotec, una consultora de recursos humanos, en la que el 49 % de las respuestas recibidas considera que reducir la jornada laboral sería viable siempre y cuando existiera una mejor gestión del tiempo.
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