Muchas son las teorías que desde que comenzó a hablarse de la crisis económica sientan las bases de la posible recuperación en el capital humano, empezando quizás por los directivos, a quienes, Ángel Cabrea Izquierdo, encargado por Naciones Unidas de coordinar la redacción de los Principios de Educación Responsable, recomienda adoptar un código deontológico propio. Una especie de juramento hipocrático en el que se comprometan a por ejemplo, establecer un compromiso real con el aprendizaje y la formación continuada, e incluso a buscar las opiniones de terceros en aquellas áreas en las que no se cuentan con los conocimientos necesarios.
Durante la actividad que Unión Profesional organizó en CONAMA 9, en la que entre otros temas, se trató el de deontología, Juan Marín, vicepresidente del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, sugería para los colegios profesionales esa misma fórmula: contar con opiniones especializadas aun siendo ajenas al entorno colegial.
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