
«En España, aún tenemos muchos jefes y pocos líderes». Este es uno de los titulares que
Jesús Vega nos brindó en la grabación del último programa de
Escuela de Gestión y Liderazgo, dedicado a la adicción al trabajo. Su visión peculiar sobre este tipo de ‘dolencia’ que en el mundo anglosajón se conoce como
workaholism, hizo que su presencia en nuestros estudios no pasara desapercibida. Vega aprovechó la oportunidad para darle la vuelta al concepto de
adicto al trabajo y así brindarle una oportunidad, esta vez, más positiva. Si te gusta lo que haces, el proyecto que desarrollas y te reconoces en lo que trabajas, tal adicción deja de serlo para convertirse en pasión, lejos entonces de la ‘dolencia’ y cerca del beneficio profesional y personal. Para ello, no solo son responsables los propios trabajadores, sino y mucho los jefes, que antes que jefes, deberían comportarse como líderes (motivar a su equipo, incentivar el riesgo a poder equivocarse, comunicarse habitualmente con su departamento, etc.) y por supuesto, las propias organizaciones que deben ser las encargadas de proporcionar al personal «entornos de beneficio y responsabilidad».
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