Alguien me contó hace unos días que, cuando todo sale bien, cuando todo encaja, es que estás en el buen camino. Las serendipias son un poco eso, casualidades para unos y destino a fuego para otros. Yo llevo viviendo unas cuantas estos días. Dejo las inconfesables a un lado y marcho de vacaciones, a este verano pasado, para poneros en contexto. En Barranquilla, donde el caimán terminó el viaje, asisto a una exposición de una fotógrafa que interviene las imágenes. Atrapa con su objetivo edificios del casco viejo de la ciudad que han sido "manipulados" previamente con lonas de gran formato. Mi acompañante me cuenta que, en Colombia, los centros de las ciudades - el tradicional casco antiguo - no suelen cuidarse, ni son considerados atracción turística salvo excepciones - como Cartagena-. Se dejan perder delante de los ojos de sus habitantes. La selección de fotografías, sin embargo, muestra posibilidades arquitectónicas - el antes y el después, pienso - imágenes que devuelven la esperanza al ciudadano y que, desde las propuestas de Vivián Saad, puede ver, y no solo imaginar, El centro de mis/sus sueños.
El Colegio de Arquitectos de Madrid ha traído esta misma exposición que yo vi en Colombia a su sede de la calle Barquillo. Una hermosa casualidad. La inauguran hoy y he sonreído mucho al saber de ella, la fotógrafa y sus fotos, tan cerquita. No se las pierdan.
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