Justamente ahora es cuando no podemos permitirnos el lujo de frenar o agazaparnos hasta ver qué ocurre. Son muchos, muchos los retos que se abren para las organizaciones colegiales tras la transposición de la directiva de Servicios. Muchos de esos retos son difíciles de afrontar, desde luego. No ya por una cuestión de costes (aunque, sinceramente, no se a quién se le ha ocurrido que se pueden modernizar estructuras a coste cero), hablo de la cultura, de la filosofía, de la actitud corporativa, pero, sobre todo, de la actitud de las personas, de todas y cada una de las personas que trabajan en los colegios profesionales.
Si tememos perder nuestro puesto de trabajo, si tememos perder nuestra fuente de financiación, si tememos que nos hagan desaparecer incluso, es difícil que surjan ideas nuevas y mejoradas, es difícil generar confianza, es difícil que seamos capaces de ver la oportunidad entre tanto cambio y ante tanta incertidumbre. Pero es lo que toca. Toca ilusionar un sector que puede ser muchas cosas, pero no sombrío. Representamos a las personas que habrán de ser motor del cambio hacia un nuevo modelo productivo. Ese millón y medio profesionales altamente cualificados tienen una responsabilidad y, con ellos, nosotros, las organizaciones colegiales y sus empleados. Por eso, mientras leía el blog de Pilar Jericó me topaba con un post suyo sobre la resiliencia y me acordaba de vosotros (nosotros), los que trabajáis en colegios profesionales y hacéis que toda esa compleja máquina siga en pie, a pesar de las dificultades y de las muchas incomprensiones. Es eso, la resiliencia y el ponerse las pilas; y en eso no somos muy distintos del resto de profesionales de cualquier otro sector. Son momentos. Y este es nuestro momento. Aprovechémoslo.
2 comentarios:
ya
Y, entonces, jeva, tu qué propones?
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