miércoles, 18 de noviembre de 2009

Into temptation

La semana pasada planteaba Enrique Dans en su blog uno de esos dilemas a los que se enfrentan las empresas a propósito de las redes sociales en el trabajo ¿Resta productividad utilizar Internet "libremente" en la oficina? Dans hace mención a dos estudios cuyas conclusiones se contradicen:

Mientras el estudio de Morse se limitaba a multiplicar horas de uso por sueldo medio de un trabajador y a generar una cifra efectista para los titulares, el de la Universidad de Melbourne mide datos de productividad sobre una base de trescientos trabajadores de los que un 70% llevan habitualmente a cabo lo que se denomina WILB (
Workplace Internet Leisure Browsing), y concluye que un tiempo de hasta aproximadamente el 20% invertido en utilizar Internet para propósitos ajenos al trabajo mejora la productividad hasta en un 9%.

Creo que, además del rigor de ambos estudios, debería tenerse en cuenta el porqué de los prejuicios que pueden empañar el uso de internet en la oficina. En estos tiempos en los que es tan difícil discernir entre horas de ocio y horas de trabajo (porque todo lo que ocurre en nuestro día a día puede tener connotaciones de "productividad", sobre todo si se trabaja en el entorno de intangibles como la comunicación), veo útil legitimar el uso de estas herramientas como fórmulas de escape, sin perder de vista lo que creo realmente decisivo: ver internet y las redes sociales como escenario donde ir sembrando relaciones potenciales que, a medio/largo plazo, sirvan tanto al trabajador como a su empresa.

3 comentarios:

Carlos dijo...

Elisa, eso está muy bien en teoría pero creo que en estos casos también entra en juego la responsabilidad de la persona, es decir, que haga bien su trabajo y cumpla con los objetivos y plazos de sus proyectos aún visitando internet de vez en cuando. El problema viene cuando la gente no saca adelante su trabajo y está todo el día navegando y chateando con sus amigos...

Elisa McCausland dijo...

Creo que, si eso ocurre, existen razones que lo explican. Los entornos restrictivos no son atractivos y los límites también resienten la calidad del trabajo y la satisfacción de los trabajadores. A fin de cuentas, siempre se habla en términos empresariales (de responsabilidad, claro, pero también de promoción y potencialidad) y la red ofrece vías alternativas que se pueden interpretar como "ociosas" pero que, en el momento en el que se pueden aplicar al trabajo, resultan productivas para la empresa. No sé si me explico.

Carlos dijo...

Sí, lo entiendo, pero yo no me refería precisamente a "entornos restrictivos". Yo hablaba de entornos "normales" donde pudiera darse este tipo de situación. Por supuesto que la red ofrece muchas oportunidades y estoy totalmente de acuerdo en que las relaciones que se puedan establecer a través de la red o la información que puedas obtener resultan productivas para la empresa.