Hoy me voy a detener en la transparencia. Al margen de los grandes discursos, para que sea útil y tenga un sentido, trabajar la transparencia tiene que ser un asunto concreto. Uno de los mecanismos que mejores resultados da en este campo es la creación de un consejo público asesor de carácter consultivo. Es una fórmula ligada al modelo de democracia participativa y tendría como fin abrir los colegios profesionales a la participación ciudadana a través de diferentes órganos de la sociedad civil.
De esa forma, consumidores, sindicatos, universidades, cámaras de comercio o empresarios, por citar solo algunos, conocerían de cerca y a través de cauces reglamentados el trabajo de la institución, sus objetivos y funciones, y la institución colegial podría conocer de primera mano su opinión, buscando intereses compartidos y la mejora continua. Es el camino idóneo para conocer si lo estamos haciendo bien y dónde podemos mejorar pero, también, para vencer algunos recelos y prejuicios ligados al desconocimiento del funcionamiento de nuestras organizaciones.
En esta línea, el Consejo General de Médicos presentaba ayer un Consejo Social con la idea de que ciudadanos y colegios trabajen conjuntamente. Felicitamos la iniciativa y estamos seguros de que en los próximos meses conoceremos más casos que caminen en este sentido.
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