«Queremos hablar de modernización, normalización y certificación de calidad, pero siempre en positivo». Esta es la afirmación que el presidente del Consejo Superior de Arquitectos, Jordi Ludevid, ha repetido una y otra vez durante la rueda de prensa que ha ofrecido esta mañana. Y os preguntaréis: hablar en positivo ¿de qué? Pues, aunque no lo parezca, hablar en positivo del nuevo visado colegial que, como también ha reiterado, supone una gran oportunidad de modernización no solo para los colegios de arquitectos sino, en general, para todo el sector de la edificación. Y es que el Real Decreto que regula el uso del visado colegial obligatorio ha venido, y recojo también palabras del propio Ludevid, a fijar que el contenido del visado sea común a todos los colegios de profesionales de arquitectos, es decir, que permite una unificación de criterios y, por tanto, se fomenta lo que tanto promulga la Ley Ómnibus: la libre circulación de productos y servicios.
Lo que no es tan positivo es el plazo que el Gobierno ha dado a las organizaciones colegiales para adaptarse a estos nuevos requerimientos: tan solo dos meses desde la aprobación del texto que, con la paralización que supone el mes de agosto para nuestro país, se reduce bastante, la verdad. Supongo que de nuevo os surgirá, como a mí, la siguiente pregunta: ¿pero no podían haberles dado más tiempo? ¿Por qué no hacer caso a las indicaciones del Consejo de Estado y darles hasta enero del 2011? Ya se sabe que las prisas nunca fueron buenas y menos cuando implican profundas modificaciones en una organización.
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