miércoles, 13 de abril de 2011

Economía de una regulación equilibrada

"Al mercado hay que dotarlo de alguna regulación que equilibre y haga sostenible la posición de los operadores respecto a los públicos que acceden a este escenario para procurarse esos bienes o servicios que necesitan y que, por tanto, se les ofertan". Puede que no se haya insistido suficientemente en la necesidad de un control. Ensayos como ¡Huy!. Por qué todo el mundo debe a todo el mundo y nadie puede pagar, Capitalismo Gore o Caída Libre, de Stiglitz, asoman desde las librerías. También películas documentales, como Inside Job o Capitalismo, una historia de amor, insisten en esta idea: La falta de regulación de un sistema desprotege al ciudadano. En Economía de una regulación equilibrada, del especial Hacia la Europa de las profesiones, se alude a la búsqueda de un equilibrio que suponga "ni más ni menos regulación que la necesaria", lo que aplicado al sector de los servicios profesionales se traduce en "la mejor regulación para desplegar todos los efectos positivos, que no solo son los económicos, a favor de los ciudadanos y del interés general". Apelar a la prudencia y aprender de los recientes acontecimientos que nos han empujado hacia la crisis son dos de las recomendaciones que pueden extraerse del artículo en cuestión. El sector servicios no "sirve" a unos cuantos, sino a toda la sociedad; por el bien de ésta, deberíamos dejar a un lado los experimentos macroeconómicos y ceñirnos a "un equilibrio regulatorio basado en conceptos provenientes de la experiencia contrastada". De lo contrario, nos encontraremos en un escenario desigual y precario, donde el bien común se vea sacrificado en el altar de la economía global.

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