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Hay momentos en los que me encantaría tener un
Pepito Grillo a mi lado que, como hacía este trajeado insecto con Pinocho, me ayudara a escoger el
camino más adecuado para cada situación. En el plano personal no siempre nos resulta fácil encontrar una
guía, más allá de nuestra propia
conciencia, que nos muestre la mejor solución para cada situación, que nos enseñe a discernir con claridad entre lo correcto y lo incorrecto. En el
ámbito profesional, en cambio, si podemos encontrar a nuestros particulares Pepitos Grillos. Y no son otros que las
corporaciones profesionales, encargadas de velar por la buena praxis de sus profesionales, enseñando a través de los códigos de conducta la manera adecuada de
obrar según ciencia, pero también según conciencia. La conciencia profesional es uno de esos conceptos que no pierden valor a lo largo del tiempo, sino que
se revaloriza en tiempos difíciles como los que hoy día atravesamos. Es por ello por lo que hemos querido dedicarle un espacio en el Especial
Hacia la Europa de las Profesiones del último número de la revista
Profesiones.
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