viernes, 11 de diciembre de 2009

No todo es tan mediocre como lo ‘pintan’

Para la mayoría de los mortales, Shanghai es la mayor ciudad de China y una de las más pobladas del mundo. Solo aquellos vinculados con el universo universitario el nombre de esta ciudad unido al vocablo ranking les hace temblar. Su veredicto para con las universidades españolas es cuando menos difícil de dirigir, hasta el punto que tal y como se comenta en uno de los reportajes del último Campus, «cada nueva edición de esos escalafones reafirma ese triste retrato de la mediocridad en que vive sumida la Universidad española». Sin embargo, no todo es tan feo como lo pintan, pues como en el resto de la vida, dependerá del cristal con que se mira. La selección de indicadores, factores, metodología y fuentes tiene mucho que decir. Y así lo muestra el reportaje Lo que esconde un ranking, de la última edición de la revista Profesiones.

Dependiendo de dicha selección, podemos incluso encontrarnos con verdaderas ‘islas de la excelencia’ que en la vorágine de mediocridad, destacan entre los puestos de cabeza. Es el caso de la Autónoma de Madrid en la clasificación de Matemáticas, la Pompeu Fabra en Ciencias Computacionales y la de Zaragoza en Química. Dejemos entonces de martirizarnos por nuestros débiles resultados y vayamos más allá o lo que es lo mismo, dicho por boca de un experto: «los indicadores sintéticos tienen un papel como elementos que ayudan a empezar a pensar, pero no deben usarse en ningún caso para dejar de pensar» (José R. Repullo). Más en un clic.

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