Que se eche a temblar todo falso dentista (o mal profesional) pues llega el Sistema del Defensor del Paciente Odontológico, un nuevo sistema que acaba de lanzar el Consejo General de Dentistas con el fin de «dotar a la sociedad de un órgano mediador, asesor, consultivo y de peritaje» que sea capaz de actuar ante los posibles conflictos que puedan surgir entre pacientes y profesionales. Aunque se creó con anterioridad, este sistema sigue la línea marcada por la Ley Ómnibus que obliga a los colegios profesionales a disponer de un servicio de atención de quejas de usuarios y colegiados.
Dada la importancia de la labor que desempeñan estos profesionales, como es la del cuidado de nuestros dientes, me parece que este sistema viene a poner en valor la actividad de los dentistas dando la oportunidad a ciudadanos y a otros colegas del sector de manifestar sus quejas y reclamaciones ante malas prácticas.
Pero este nuevo mecanismo no solo escucha, sino que también gestiona, a través de la mediación, aquellos casos de conflicto relacionados con servicios o tratamientos de prevención, protección y rehabilitación de la salud bucodental en los que haya intervenido un dentista colegiado. Una buena iniciativa para proteger a los pacientes y velar por las sonrisas de nuestro país. Porque, como decía Orison Swett Marden, «la sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única capaz de mover lo inconmovible». Así que conviene cuidarla ¿no creéis?
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