Al Día Mundial del Agua le precede el Día Forestal Mundial, dos causas globales -impulsadas por la ONU la primera y por la FAO la segunda- tremendamente relacionadas con la gestión del ámbito (pro)común, y con los modelos de consumo, tal y como nos recuerdan desde la Asociación General de Consumidores. En ambos casos, agua y bosques, nos encontramos con el problema de la explotación, con lo que es inevitable que se nos vengan a la cabeza palabras como "sostenibilidad", "contaminación" o "reciclaje", comprendidas todas ellas en un campo semántico muy de moda últimamente, el de la responsabilidad.
Los profesionales tienen mucho que decir a ese respecto. Francesc La Roca, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Valencia y especialista en asuntos hídricos, nos recuerda, por ejemplo, que Sin agua, no hay ciudad, mientras que el equipo de profesionales encargado de este tema en Conama 10 alude a la crisis en la gestión, la gobernabilidad o el desarrollo sostenible -por destacar tres temas "hídricos" de los abordados en su pasada edición-. La Alianza por el Agua ha preferido poner caras a los beneficiados de ese desarrollo y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) se ha decantado por un enfoque más empresarial.
Todo esta relacionado. Los bosques son fundamentales para el suministro de agua y el medio ambiente, para que sea sostenible, tiene que poder gestionarse. De poquito en poquito. En lo hiperlocal, como casi siempre, encontramos alguna clave.
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