martes, 8 de marzo de 2011

Damas, señoras, mujeres... trabajadoras

En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora quería recomendar algunos libros que hemos reseñado en nuestra revista, pero también quería recordar algunas de las estadísticas que entre ayer y hoy se han ido descolgando en titulares: Tres de cada cuatro españolas cree que las mujeres no tienen las mismas oportunidades laborales que los hombres/ El 67% de las empresas no desarrolla actividades específicas para la promoción de mujeres a puestos directivos /La brecha salarial se dispara cuando las mujeres empiezan a tener hijos... Para que luego digan que ya está todo hecho. Como dice Natasha Walter en su ensayo Muñecas vivientes, "sin un cambio económico y político profundo, lo que vemos cuando miramos a nuestro alrededor no es la igualdad que buscábamos; es una revolución estancada".


La crisis económica es la excusa de estos dos economistas y divulgadores (Lina Gálvez y Juan Torres) para hablar de la invisibilización de las mujeres dentro del análisis económico. Con afán de arrojar luz sobre las razones de exclusión de este grupo social en particular, ambos autores han elaborado un ensayo a cuatro manos que, tras una introducción macroeconómica, se sumerge en la historia de nuestro país, poniendo especial énfasis en las crisis previas, la incorporación segregada de las mujeres al mundo laboral y el patriarcado como freno del desarrollo paritario. Con un modelo de familia «basado en la división del trabajo que hacía del marido el ganador del pan y de la mujer una ama de casa» por herencia y una crisis financiera que ha llevado el endeudamiento de las familias hasta límites críticos, se llega a la conclusión patente de que esta última afecta mucho más a las mujeres que a los hombres. Basta con poner la lupa en el doble trabajo femenino —empleo y hogar—, en el subdesarrollo de la Ley de Dependencia o en el desequilibro entre sueldos de hombres y mujeres que desempeñan la misma tarea. No obstante, esta obra también se centra en las alternativas, que pasan por un nuevo modelo económico, superar el patriarcado y reordenar el escenario internacional. No es utopía, sino sentido común.


Virginia Nicholson nos presenta en este ensayo histórico a las mujeres del excedente, la generación pérdida de principios de siglo, víctima colateral de los efectos de la Gran Guerra. Mujeres educadas para ser esposas y madres que tuvieron que enfrentarse al ostracismo social ante la evidencia de que no había hombres para todas. Con un estilo cuidado y minucioso, esta sobrina-nieta de Virginia Wolf se ha esforzado por recopilar las historias, con nombres y apellidos, de algunas de las más formidables mujeres inglesas nacidas a finales del siglo XIX. De ellas se dijo que llevaron una existencia «valiente y algo extraña», pero hasta el momento nadie se había preocupado por sus necesidades, sus frustraciones o sus deseos ¿Cómo convivir con una soltería impuesta cuando perteneces a una generación que concibe el matrimonio como un derecho propio? Un derecho, por otra parte, que les fue arrebatado. Este ensayo arroja un poco de luz sobre un tiempo y una situación que afectó a millones de mujeres en la Europa de principios del siglo XX. Los esfuerzos de estas mujeres por hacer frente a una programación de género y enfrentarse a un mundo que no las quería son, como mínimo, conmovedores; mujeres que aprendieron a sobrevivir y a triunfar desde la soltería, un relato que culmina con una reflexión por parte de la autora de una generación que allanó el camino a las que vinieron después.

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