Ayer varios diarios recogían la noticia sobre la posibilidad de establecer sanciones a los periodistas que no dominen la lengua cooficial, como es el catalán. Era el presidente de la Sección Filológica del Institut d'Estudis Catalans y catedrático de Filología Catalana de la Universidad Rovira i Virgili, Joan Martí, el que así lo sugería. "En un medio de comunicación se debería de partir de la base de que aquella persona que no tiene una competencia lingüística muy buena de la lengua que sea, en este caso el catalán, les recomendaría que se retiren de las funciones que realizan hasta que la tengan", declaraba Martí a la emisora 'Rac1'.
Es cierto que, en ocasiones, en los medios de comunicación se producen errores lingüísticos de gran importancia que no deberíamos permitir jamás pero detrás de esta idea puede subyacer otros aspectos que, a mi manera de ver, son mucho más relevantes. Estoy hablando del intrusismo laboral, las políticas de inmersión lingüística de algunas comunidades autónomas y la movilidad laboral.
En los medios de comunicación suelen trabajar periodistas y comunicadores (formados y preparados para ejercer como tales) pero también hay que tener en cuenta el grado de intrusismo que aqueja este ámbito profesional.
Por otro lado, está el hecho de que en algunas comunidades autónomas, como ha denunciado recientemente el Colegio de Médicos de Baleares, se está planteando la posibilidad de que el conocimiento de una lengua cooficial sea requisito para optar a una plaza. Por lo menos así se recoge en el borrador del decreto por el que el Govern quiere regular la exigencia del conocimiento del catalán al personal sanitario que quiera optar a una plaza de facultativo en las islas.
Todo esto resulta paradójico en tanto en cuanto estamos “creando” una Europa sin fronteras, donde la libre circulación es el principio que impera, pero las estamos construyendo en el interior de nuestro país, con el obstáculo que ello supone para la movilidad de los profesionales más competitivos...
Si ya decía Esther en su post que la cuestión de las lenguas, al menos en nuestro país, era un asunto complicado…
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