Dada la recesión económica en la que nos encontramos sumidos, 88.000 pymes se han visto abocadas al cierre de sus negocios durante el primer trimestre del 2009 con lo que ello conlleva para los índices de paro.
Sin embargo, ante la crisis, la mejor solución (al menos a largo plazo) no es precisamente la de la reducción de plantilla (como se tiende a pensar) sino que existen otras alternativas más que válidas para intentar pasar el bache de la mejor forma posible. Así lo recogía el diario El Economista el pasado 22 de mayo en un artículo titulado 'Doctor, mi empresa está enferma: ¿puedo curarla sin despedir a nadie?. La respuesta es, como hemos dicho, afirmativa, pero ¿cómo hacerlo? A lo largo del mencionado artículo se proporcionan una serie de herramientas a poner en marcha por aquellas organizaciones pequeñas y medianas en peligro de extinción.
Por citar algunas, se pueden ahorrar costes realizando modificaciones de contrato para reducir las jornadas laborales, introduciendo cambios en los convenios (siempre con el consentimiento del trabajador, claro) o reduciendo o eliminando los costes variables relativos a dietas o viajes.
No obstante, hay ocasiones en las que estas alternativas no valen y el despido se hace inevitable pero en esos casos, como dice Iván Sánchez, periodista de MediaResponsable, en La Columna del informativo de Canal Profesiones, «si el despido es realmente inevitable, este se debe hacer de una manera responsable», esto es, a través de mecanismos de recolocación u ofreciendo formación. Dos buenas ideas si se trata de intentar amortiguar de alguna manera esa caída en las listas del paro que bastante dura es de por sí.
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